27/4/12

Haze en Cabina de Voces

AQUELLOS MARAVILLOSOS AÑOS
Principios de los noventa. En un barrio marginal sevillano, algunos jóvenes tonteaban tanto con las drogas, que atontados iban de lado a lado; otros muchos escuchaban Camarón y Los Chichos; nosotros, pocos, empezamos a flipar con Run Dmc, Public Enemy o NWA. Cada uno se buscaba un sobrenombre con el cual sorprender a los demás en el arte de deslizar el Edding 800 en cualquier superficie; aprendíamos de los mayores algunos pases de suelo, de algo que llamaban “break dance”; pintábamos graffiti haciendo reivindicaciones anti-raciales y pacíficas en… Aquellos maravillosos años…
Era curiosa la práctica de muchos de nosotros: si veíamos a alguien que ejecutaba una firma en la cual encontrábamos que alguna de sus letras se parecía a alguna de las que nosotros solíamos utilizar, lo tachábamos de copión (CP= copión). Funcionaba como simple cuestión de respeto. Y nos respetábamos. Sabéis, antes no teníamos la suerte de contar con números mensuales de revistas especializadas de hip hop, ni siquiera había una sola tienda en Sevilla en la que pudiéramos encontrar una buena chupa FU-BU; nosotros nos pasábamos los números del fanzín Game Over, con el fin de fotocopiarlo y sentirnos del selecto Olimpo de los raperos ilustrados (y si tenías algo más de pasta hacías fotocopias en color). Sin embargo, nos sentíamos miembros de algo grande en… Aquellos maravillosos años… 
Empezábamos a distinguir sonidos y estilos: la música rap era una especie de conglomerado de sonidos de música negra, envueltos entre bombos, cajas y bajo, sobre el que un maestro de ceremonia contaba sus vivencias con ingenio. Era música para pensar, para disfrutar, para bailar, para parar el mundanal ruido de… Aquellos maravillosos años… Existían diversos grupos, e incluso varias “hermandades” hip hop por la ciudad. Recuerdo El Trin(acortamiento de “el triángulo”): de dónde podemos contar una anécdota. En la orilla del 90, se formaba un grupo que paraba en El Trin llamado AMÉN, en el que entre otros miembros se encontraba, nada más y nada menos, que Junior Míguez y la Mala Rodríguez… Éstas cosas sólo ocurrían en… Aquellos maravillosos años… 
Por otro lado, los nuestros parábamos en el Guetto Centro. Sonaba duro, pero es que en Los Pajaritos nos creíamos del Bronx, y pocas diferencias habían. Se organizaban conciertos de rap, en los que al final, siempre se guardaban unos minutillos para que raperos noveles pudiesen demostrar su valía en un micro libre (Os juro que he visto a Zatu rapear en un micro libre de un concierto de La Puta Opp en… Aquellos maravillosos años… 
Pero a quién le importa la opinión del Haze; aquel rapero sevillano que jamás aportó al rap más que fusión, aquel que vino de un barrio marginal como en el que se criaron las estrellas del rap americanas; aquel que entre 1991 y 1996 pintaba graffiti en Sevilla; aquel que sin flow, expresa lo que pasa en algunas calles frías que están llenas de puntos calientes; aquel rapero desahuciado que en la revista Hip Hop Nation tacharon de Oveja Negra del Rap… Aquél de aquéllos maravillosos años
Cabina de Voces
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